Número seis.

Ritos, celebraciones, la oración y movimientos espasmódicos fingidos.

Todos son un acto visual, todos representan físicamente algo mucho más allá del físico o del entendimiento visual, todo cobra más sentido si tiene una contraparte material y tangible. El casamiento por iglesia no tiene más relevancia o importancia que el de civil, sin embargo el despliegue visual es bastante más pronunciado. ¿Por qué?

Porque si la verdad no es evidente o la que tú planteas en particular no existe, mientras más exagerado y pronunciado el despliegue visual, más increíble, y a la vez, más creíble resulta aquello que intentas demostrar.

"Yo no sólo pienso, también hago un gesto con el cuerpo para manifestar aquello que pienso. Yo no sólo creo en Dios, también llevo una cruz, porque el pensamiento solo no basta, en cambio 3 centímetros de madera sí..."

Normalmente para coger mejor señal con el satélite, se mueve la antena parabólica apuntando ciegamente hacia él hasta que uno presencia un incremento de señal entre la antena y el satélite. Para orar, no importa en qué dirección pongas las manos, no importa que nadie en la tierra reciba respuesta, o prueba de que se está apuntando al mejor sitio, siempre que juntes las manos, pienses para ti cosas que anhelas y que te han enseñado que se cumplen mágicamente, lo estás haciendo bien, porque aunque el hecho de juntar las manos, fisiológicamente no sirva de nada, le da un toque místico e inexplicable al acto que parece consolidarlo como algo válido. Engañar a los sentidos, y dotar de forma física cualquier disparate, siempre siembra la duda, y con la duda, la ventana perfecta para asentar aquellos disparates.

"No soy egoísta, yo no sólo le pido a Dios sin darle nada a cambio, no, yo también sé perder el tiempo en la iglesia, le hablo a los muertos, hablo solo, escucho tonterías en misa.. si Dios le encomendó una misión al ser humano, sin duda ésta era la de perder el tiempo, y yo la sigo a rajatabla"

Dios le dio libre albedrío al ser humano para que éste se pase todos los domingos en la iglesia escuchando lo que tiene o no que hacer. Dios le dio libre albedrío al ser humano para luego llevar a cabo la práctica tarea de que éste siga a rajatabla lo que debe hacer o no basándose en un libro escrito por el hombre, millones de años después de que la raza humana tomase su forma definitiva. Hubo que esperar a que el hombre fuese lo suficientemente capaz de crear, inventar y escribir para que Dios le transmitiese su misión. No pudo ser antes de que el hombre se encontrase en la posición exacta para dominar otros pueblos, someterlos mediante supersticiones y más tácticas perversas. No.

No es que el hombre haya creado un montón de instrucciones falibles y contradictorias, no, es que Dios es tan perfecto y nosotros tan limitados que no podemos entenderle. La maldad no la creó él, sin embargo la bondad sí, y es lo que él más aprecia. Él creó al ser humano, con su libre albedrío, pero si él creó el resto del universo, y todo lo que rodea al ser humano, ¿cómo es posible que la maldad pudiese surgir del contacto entre las bondadosas y perfectas obras del señor?

Dios es tan perfecto y tan práctico que en vez de crear al ser humano ya con su misión en mente dejó que otros hombres instruyesen a otros hombres sobre cuál era su cometido en el mundo. Sin duda este método es infalible, lo cual prueba que no sólo Dios existe, sino que es perfecto, y que lo tenía todo planeado desde un primer momento.

Mientras los movimientos que hagamos sean más y más absurdos, inútiles y prescindibles, más se asemejarán al conjunto de creencias que los potencia.

Nada, absolutamente nada, tiene sentido si te tomas más de veinte segundos en analizarlo y pensar en ello.

NO EXISTE